Cuidados de la lavanda: ¿Cuánto riego y luz necesita?

La lavanda es un arbusto reconocido por sus espigas de flores y hojas aromáticas. Además, es una de las hierbas aromáticas más fáciles de cultivar. Cuidamos la lavanda cuando queremos aprovechar sus usos culinarios y adornar los bordes del jardín. Veamos paso a paso todo lo que necesita la lavanda para estar feliz.

Nombre científico de la lavanda

La lavanda común recibe el nombre cientíico de Lavandula angustifolia y pertenece a la familia Lamiaceae. Esta planta sufruticosa perenne, con espigas ligeramente peludas y hojas con nervio central (que, en conjunto, suelen superar el metro de altura) también suele conocerse como alhucema, cantueso o espliego.

Origen de la lavanda

El origen de la lavanda es difícil de identificar, pero se sabe que la gente del Mediterráneo, India y Medio Oriente ha aprovechado las propiedades curativas de la lavanda desde hace unos 2500 años.

En el mundo, la lavanda crece en zonas montañosas de la región mediterránea de Europa occidental (particularmente Italia y España). Cuando su flor comenzó a viajar de unas civilizaciones a otras, la planta no tardó en encontrar cobijo en más países. En el siglo XVI, la lavanda estaba presente en jardines ingleses.

Características de la lavanda

La lavanda dispone de unas hojas que pueden ser simples, estrechas, aserradas o alargadas. Todas ellas tienen en común la presencia de unos pelos pequeños con forma de estrella, los cuales se extienden también por los tallos y las flores. Las glándulas que protegen estos pelos son las productoras del famoso aceite de lavanda.

cuidados de la lavanda
Detalle de la Lavandula stoechas

La flor de la lavanda es la parte de la planta que más glándulas contiene y, por eso, es la parte que más se suele recolectar. Cada seis o diez flores se desarrollan a partir de espigas, las cuales se levantan por encima de las hojas. Pueden ser de color violeta, lila o azul, y también son grandes productoras de néctar.

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¿La lavanda es de interior o exterior?

En general, la lavanda debería cultivarse siempre en exteriores. En aquellas situaciones en que los inviernos son fríos y no permiten que la lavanda resista el temporal, es posible seguir cuidando de la lavanda en interiores como alternativa. No obstante, los cuidados de la lavanda en casa exigen más atención y trabajo.

Esto se debe a que la lavanda está cómoda en montañas soleadas donde el aire es seco. Imitar estas características en interiores puede volverse complicado, si bien no imposible. Aspectos como el tipo de maceta y la cantidad de luz y riego que recibe la lavanda son fundamentales para asegurar su supervivencia.

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Cuidados de la lavanda

La lavanda no es una planta exigente para cultivarla. Para conseguir que el arbusto nos dure una década completa antes de volver a reproducirla, tendremos en cuenta estos cuidados de la lavanda.

Riego

Uno de los factores importantes en los cuidados de la lavanda es el riego. Si acabamos de plantar la lavanda, debe recibir agua regularmente durante su primer verano para conseguir que las raíces se desarrollen con fuerza. Una vez pasado este tiempo, tendremos que reducir mucho los riegos. La lavanda tolera bien las sequías.

Si la lavanda está en maceta, la regaremos habitualmente en verano, cuando veamos que la tierra está seca. Evitaremos los riegos en invierno y dejaremos que la tierra de la maceta se seque a menudo.

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Luz

La lavanda es mediterránea, por lo que disfruta mucho de la luz del sol. En zonas de sombra no puede sobrevivir por largas temporadas de tiempo, así que proporcionaremos tanto sol como sea posible a la lavanda. Si plantamos la lavanda en el suelo, buscaremos una zona abierta, iluminada por la luz del sol.

Consejo: La lavanda forma parte de las plantas que alejan a los mosquitos de casa. Cultiva tu lavanda cerca de la puerta principal, en el patio o en la terraza para decirle adiós a estos insectos.

Humedad

La humedad es uno de los principales enemigos de la lavanda. Por suerte, hay varias maneras de prevenir el exceso de humedad en la lavanda: para empezar, dejaremos suficiente espacio entre la lavanda y el resto de las plantas de jardín. Esto estimulará el aire que se mueve en la tierra y oxigenará las raíces.

cuidados de la lavanda

Siempre tendremos la lavanda bajo la luz del sol. Si en invierno se producen heladas, colocaremos una capa de mantillo cuando el suelo se haya congelado. Este pequeño gesto protegerá a las raíces de la humedad.

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Temperatura

Entre los cuidados de la lavanda, es crucial mantener unas condiciones parecidas a las de la región mediterránea. Por eso, las temperaturas de la lavanda deberían estar entre los 20 y los 30ºC (68 y 86 °F). Idealmente, la lavanda no debería soportar temperaturas por debajo de los 10ºC (50ºF) por mucho tiempo.

Suelo

Elegir el suelo correcto es esencial en los cuidados de la lavanda. Si queremos plantar la lavanda en el jardín, a este arbusto le encanta el suelo poco fértil. La tierra rica en materia orgánica hay que evitarla.

Si nos centramos en los cuidados de la lavanda en maceta, elegiremos tierra universal y la mezclaremos con un poco de arena para conseguir que drene bien. La clave está en tener como preferencia los suelos alcalinos para potenciar el aroma de las flores de la lavanda. El pH por debajo de 6.5 acorta la vida de la planta.

Abono

Si bien la lavanda no es exigente con los fertilizantes, podemos añadir un poco de compost cuando acabamos de plantar la lavanda, para estimular el crecimiento y la adaptación de las raíces. Una vez pasado este tiempo, no es necesario incluir ningún tipo de abono. La lavanda podrá sobrevivir por sí sola.

¿La lavanda es tóxica?

La lavanda es tóxica para gatos y perros porque contiene linalol, una sustancia que resulta venenosa cuando se consume en grandes cantidades. Esto rara vez suele provocar toxicidad en los seres humanos, pero el uso del aceite de lavanda puede convertirla en una de las plantas que causan reacciones alérgicas en la piel.

Poda de la lavanda

Normalmente, la cosecha de flores de la lavanda suele ser suficiente poda para la planta. Pero si lo que queremos es estimular un poco más el desarrollo de los tallos y reforzarlos, es buena idea cortar dos tercios de la lavanda tras la primera floración, sin tocar la parte leñosa, que puede dañar todo el arbusto.

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¿Qué maceta es más apropiada?

Si cuidamos la lavanda en una maceta, necesitamos asegurarnos de que el recipiente tiene un buen sistema de drenaje que reduzca la humedad de la tierra. El mejor material de la maceta de la lavanda es la cerámica, la arcilla o la terracota, porque necesita soportar la abrasión del sol durante muchas horas.

El tamaño de la maceta de la lavanda tiene que ser reducido. A las raíces de la lavanda no les gusta tener mucho espacio libre y prefieren estar juntas. Como la pudrición de raíces es común en la lavanda, es importante saber que las macetas grandes acumulan más humedad, algo que no queremos que pase.

Aquí puedes ver unas macetas de tamaño reducido si quieres cultivar la lavanda en recipiente.

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