Ficus Benjamina: Guía práctica de cuidados que necesitas conocer

El ficus benjamina de interior es una de las plantas procedentes del sudeste asiático más elegantes que podemos elegir para decorar nuestro hogar. Sus hojas de color verde intenso resaltan los muebles y dan calidez a los salones. Y lo mejor es que los cuidados del ficus benjamina son sencillos.

¿Sabías que esta es una de las plantas capaces de absorber el calor de la casa?

Solo tenemos que asegurarnos de que el ficus benjamina está ubicado en un lugar bien iluminado y que vamos podando sus ramas con asiduidad, sobre todo en su juventud.

Veamos detenidamente todos los cuidados que necesita el ficus benjamina de interior.

Cuidados del ficus benjamina

Los cuidados del ficus benjamina son fáciles, siempre y cuando respetamos algunos de los requisitos que esta planta necesita para sobrevivir y crecer frondosamente. Su clima ideal es el mismo que el de los ejemplares de la selva tropical, así que tendremos que seguir pautas similares.

Iluminación

Como ya te hemos contado, el ficus benjamina necesita luz. Si quieres colocar esta planta grande en casa, ponla junto a una ventana en un salón muy iluminado.

Riego

El ficus benjamina es feliz con riegos constantes, ya que transpira muchísimo. Verás que la tierra se seca rápidamente, y por eso debes regar la planta una vez a la semana y tres veces a la semana en verano. Cuando haga calor, pulveriza las hojas.

Temperatura

El ficus benjamina no es una planta de invierno. Su temperatura ambiental está entre los 30ºC (86ºF) en los meses de verano y los 15ºC (59ºF) en los meses de frío.

Humedad

El ficus benjamina es tropical, así que disfruta de la humedad. Pulverizar sus hojas cuando hace calor es fundamental. Pero más importante es evitar encharcar la maceta, ya que las raíces pueden asfixiarse por exceso de agua y un mal drenaje.

Suelo

Aunque esta planta tolera bien la sequía, el suelo del ficus benjamina tiene que ser fértil y húmedo, con un buen drenaje para que no haya riesgo de encharcamiento. La arcilla, la marga y la arena son suelos en los que el ficus benjamina prospera.

Abono

Si decides abonar tu ficus benjamina, hazlo con un abono rico en nitrógeno en pocas cantidades (para no quemar las raíces) una vez al año, a principios de primavera.

El ficus benjamina es una planta venenosa para los gatos. La savia del ficus benjamina es altamente tóxica como ocurre al cuidar una andrómeda. Puede provocar reacciones alérgicas e indigestión. El ficus benjamina también es venenoso para los perros. Los frutos del árbol no son tóxicos.

Problemas de hojas

Aunque los cuidados del ficus benjamina son fáciles y es una planta generosa a la hora de mantenerla, pueden presentarse algunas dificultades y retos a lo largo de su desarrollo.

Hojas amarillas

El amarillamiento de las hojas del ficus benjamina es un claro indicador de estrés hídrico.

El estrés hídrico significa que la planta necesita más cantidad de agua de la que recibe en un periodo de tiempo del año, bien porque hay escasez de agua o bien porque la calidad del agua es baja.

Las hojas amarillas del ficus benjamina también pueden deberse a un nivel de humedad bajo. Si al tocar el suelo compruebas que está húmedo, rocía las hojas para aumentar la humedad en la planta.

Cuando un ficus benjamina tiene las hojas amarillas normalmente se debe a que el aire ambiental es seco, por eso es usual que este problema suceda en invierno.

Hojas caídas

Las hojas caídas de un ficus benjamina indican que la planta tiene deficiencia de magnesio en la tierra de la maceta. Al principio verás que las venas de las hojas se vuelven de color marrón anaranjado hasta que, luego, las hojas se marchitan y se rizan. Aplica un fertilizante rico en magnesio.

Hojas marrones

Si las hojas más viejas (generalmente las más grandes, en la parte inferior) se vuelven marrones en un ficus benjamina, eso es una señal de riego excesivo. Deja que la tierra se seque durante un tiempo y vigila que no se produzca encharcamiento en las raíces.

Hojas pegajosas

Las hojas pegajosas de un ficus benjamina nos indica que la planta tiene melaza y este es un problema de plagas. Hay insectos que se alimentan de la savia del ficus (pulgón o cochinilla).

Si encuentras bultos en el tronco del ficus benjamina, ráspalos suavemente con la ayuda de tus uñas o con un cepillo de dientes viejo. Luego rocía las plantas con jabón insecticida para matar los bultos inmaduros que seguramente estén presentes en el tronco, aunque no los puedas ver.

Sigue rociando la planta con jabón insecticida una vez a la semana más o menos, hasta que ya no notes ningún bulto en el tronco del ficus benjamina.

Hojas negras

Las manchas negras en la parte superior de las hojas del ficus benjamina son la primera señal de que hay una enfermedad fúngica que está infectando al árbol. Un fungicida es el mejor tratamiento para controlar un brote de manchas negras en el ficus benjamina.

Hojas blancas

La razón por la que tu ficus benjamina tiene hojas blancas o pálidas es porque hay muy poca luz. Normalmente un ficus que recibe muy poca luz crecerá larguirucho y sin el aspecto frondoso tan típico de esta planta. Intenta cambiar la ubicación del ficus a una zona con luz natural abundante.

Hojas secas

Las hojas secas del ficus benjamina se suelen deber a una falta de riego. Tu ficus te está pidiendo más agua, así que procura seguir esta regla de oro: riegos una vez a la semana. Cuando suban mucho las temperaturas, riegos tres veces a la semana (y pulveriza las hojas varias veces a lo largo del día).

Hojas que se caen

La causa más común de la caída de hojas en un ficus benjamina es que el entorno ha cambiado. Es posible que las hojas del ficus benjamina caigan cuando cambian las estaciones, o bien porque la humedad y la temperatura de tu casa han cambiado temporalmente.

Y después de concentrarnos en los cuidados del ficus benjamina, respondamos a una pregunta importante: ¿Qué hace que el ficus sea tan famoso en todo el mundo?

Características

Las características del ficus benjamina son muy particulares de estas variedades de ficus en interiores, lo que hace que sea una de las plantas más fáciles de reconocer. Podemos dividirlas en tres partes:

  • Hojas perennes, brillantes y ovaladas, con las puntas estrechas
  • Copa frondosa y ancha, con forma redondeada
  • Tronco gris o blanco, de textura lisa, que suele trenzarse

El fruto del ficus benjamina es el higo, el alimento favorito de las aves de algunos hábitats. El higo está cubierto por un saco carnoso y tiene un tamaño de no más de 1 centímetro. Al madurar, se vuelve de color naranja, rojo y, finalmente, negro violáceo.

higo del ficus
El higo en el ficus benjamina

Por cierto, el ficus benjamina puede ser de interior y también de exterior. Si colocamos este ejemplar en exterior, ¡su altura puede alcanzar los 15 metros! Impresionante, ¿verdad?

Origen

El ficus benjamina proviene originalmente de la región de Asia y Oceanía. A principios del siglo XX encontramos este ejemplar en las Indias Occidentales (Cuba, Santa Lucía, Barbados y Puerto Rico). Tanto la India como Jaba y Bali son los lugares de nacimiento del ficus benjamina por excelencia.

Desde el Instituto Forestal de las Islas del Pacífico nos explican que el ficus benjamina se ha introducido en algunos lugares como una planta ornamental y podemos encontrarlo en gran parte de las Américas y en muchas islas del Pacífico.

El Compendio Global de Malezas, sin embargo, dice que el ficus benjamina es una maleza ambiental, naturalizada en tierras asiáticas. Vietnam, China, Nepal, Tailandia y Nueva Guinea son otros países nativos de este ejemplar.

Hoy en día el ficus benjamina se cría en todas las partes del mundo.

¿Sabías que el ficus es una de las plantas que más se suelen convertir en bonsai?

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